Aceptación: el poder de amar lo que es
"Acepta. No es resignación, nada te hace perder más energía que resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar."Dalai Lama
¿Cuántas veces has escuchado esta frase? «Acepta lo que no puedes cambiar»
La capacidad de aprender a aceptar lo que nos ocurre en la vida, nos brinda la oportunidad de desarrollar confianza sobre la misma. El poder de transformar lo que ocurre, está en ti.
Aceptar no significa resignarse o conformarse. Cuando aprendemos a aceptar lo que ocurre, algo en nosotros deja de resistirse y de luchar contra la vida. Es la salida a dejar de sufrir.
Conformarse o resignarse en cambio, es tomar una situación desde la resistencia. Es decir, cuando algo no satisface nuestras expectativas, necesidades o ilusiones; recurrimos a la negación dejando que ello sea lo que regule nuestro estado anímico y nuestra forma de ver la vida, así nos conformamos.
Aceptar no implica enfrentar, ni aguantar, ni tragar; significa abandonar la lucha interna hacia algo que no tenemos el poder de cambiar.
La aceptación nos recuerda que podemos aprender a fluir con la vida, a reconocer lo que hay en el instante presente. No reconocerlo nos lleva al sufrimiento, ya que tras la resistencia a reconocer lo que es, late una exigencia de que las cosas sean distintas de lo que son.
Lo que niegas, te somete; lo que aceptas, te transforma.
Carl G. Jung
Ama lo que es y abandona la lucha interna.
Recuerda que el proceso de aceptación es un proceso gradual, no es algo que suceda al instante. La aceptación supone reconocer y abrirse a lo que tenemos ante nosotros, abandonar la lucha. Al dejar de luchar con las cosas tal y como son, descubrimos en nosotros una mayor energía para sanar y transformar lo que se ha hecho consciente.
Desde la aceptación, se abren nuevos caminos de comprensión profunda. Al entrenarnos en el aceptar, estamos en realidad diciendo «sí» a una vida que no está anclada en el miedo, el resentimiento o la ira.